Tan pronto como lo pienso lo desvanezco para que no encuentre camino de vuelta, igual que se hace con las huellas del caminante en el desierto; que no haya vuelta atrás, porque deberá orientarse al mismo bosque inicial. Cactus y choyas me envolverán en un círculo para que se quede lejos eso que pienso.
No será entonces más que un espejismo en un camino desolado.
martes, 26 de octubre de 2010
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