Me pongo los lentes para simularme ojos eruditos.
Miro alrededor para probarlos: a ver si con pericia
Me despojo de miradas de poeta;
Me quito mis dientes de mariposa
y guardo la flauta que alborota
los dedos de mis manos a besar papel
con lírica fertilidad.
Debo salir y deshacerme de cualquier evidencia,
Cualquier suspiro: disfrutar una ráfaga de viento
Cual si fuera más, un flirteo solar, tatarear melodías de autos
que interpretan su canto con voz de tenor y alma de humano,
transitando redundantemente mi asfáltica memoria.
Creo solemnemente que ser poeta no da para comer;
Hay que morir por amar y amar para sobrevivir.
Nos condenamos a exhalar como último cada aliento
que inventamos en el imaginario de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario