martes, 30 de junio de 2009

disimulo de poeta


Me pongo los lentes para simularme ojos eruditos.

Miro alrededor para probarlos: a ver si con pericia

Me despojo de miradas de poeta;

Me quito mis dientes de mariposa

y guardo la flauta que alborota

los dedos de mis manos a besar papel

con lírica fertilidad.

Debo salir y deshacerme de cualquier evidencia,

Cualquier suspiro: disfrutar una ráfaga de viento

Cual si fuera más, un flirteo solar, tatarear melodías de autos

que interpretan su canto con voz de tenor y alma de humano,

transitando redundantemente mi asfáltica memoria.

Creo solemnemente que ser poeta no da para comer;

Hay que morir por amar y amar para sobrevivir.

Nos condenamos a exhalar como último cada aliento

que inventamos en el imaginario de la vida.

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