martes, 30 de junio de 2009

la soledad


Hoy el chanate no canta para mí.

Lejanamente se escucha el llanto de un ave sin forma;

Los ojos se me llenan de casas, cables,

de árboles que se han visto en la necesidad

de adaptarse al viento citadino.

La soledad me despertó a las cinco de la mañana,

dice que el día comenzó hace tiempo;

las hormigas van ya con su décimo cargamento.

A veces el humano se ve en la necesidad

de sentirse solo aunque sea un rato

para darse cuenta de que el entorno reverbera,

Que los pájaros no dejan de cantar,

Que la tierra sigue pariendo brotes nuevos;

El agua corre melódica y sin prisa.

Lejos, frente al mar

las mujeres conca´ac tejen

y sus risas dejan muda a la tristeza.

disimulo de poeta


Me pongo los lentes para simularme ojos eruditos.

Miro alrededor para probarlos: a ver si con pericia

Me despojo de miradas de poeta;

Me quito mis dientes de mariposa

y guardo la flauta que alborota

los dedos de mis manos a besar papel

con lírica fertilidad.

Debo salir y deshacerme de cualquier evidencia,

Cualquier suspiro: disfrutar una ráfaga de viento

Cual si fuera más, un flirteo solar, tatarear melodías de autos

que interpretan su canto con voz de tenor y alma de humano,

transitando redundantemente mi asfáltica memoria.

Creo solemnemente que ser poeta no da para comer;

Hay que morir por amar y amar para sobrevivir.

Nos condenamos a exhalar como último cada aliento

que inventamos en el imaginario de la vida.

miércoles, 24 de junio de 2009

!que llueva!

Que llueva.

La gente sale a la calle.

Las nubes caliginosas dan marcha atrás y al suelo caen.

Todos las contemplamos como si antes jamás.

Les obsequiamos lo que nos queda

de una prehistórica danza del agua.

Las hormigas palidecen de miedo

cuando el cielo tiembla.

Un agua sincrónica y astrosa

corre por las orillas de la calle

con complejo de perro suelto,

persiguiendo autos y mostrando dientes de gota;

los árboles se alborotan con fértiles promesas.

Sale el sol y no escampa:

en el monte pare una venada.

miércoles, 10 de junio de 2009

cambios

Al paso del viento caen los azahares, del limonero.

La naturaleza dota de alas al avecilla, pequeñas

e insuficientes a la longitud botánica;

juegos del ecosistema y la madre evolución.

Todo cambia.

El ave vuela,

la flor más fuerte es la que persevera.

mas hay cambios tan de repente,

que el espíritu tiembla

Porque se corta el tiempo del inocente.

Esos son cambios que manchan las manos

de los humanos.

la mitad de tu trsteza

Mándame por correo la mitad de tu tristeza

para que ya no te pese.

Que tus ojos reverberen otra vez.

Y préstame la otra mitad un ratito

para conocer intensamente

esos motivos

haciendo ruido en el olvido,

y ese fuego tan taciturno sobre tu ombligo

que requiere lámpara de baterías.

Voy a soplar una brisa que arranque

de la choya una espina

para reventar tanta tristeza.