Él se fue al monte
Por la madrugada
Dejó la ciudad amarga
Se lleva en sus ojos las colmenas
Que me alimentan.
Él, que deshizo las sábanas
Para ceder su lugar al frio
Está en el monte.
Otro rocío fresco y madrugador
Le habrá de tocar la cara
si en el monte anda
de madrugada.
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