jueves, 30 de diciembre de 2010

No tengo un jardín con flores ni árboles a los que el viento mueva las hojas, por lo tanto, no tengo ritmo botánico que entre por mi ventana y alegre este día con agujeros de tristeza. Mi ventana está tapada con aluminio parchado, un cuadro. Si abro la boca de mi ventana no hay más que ver sino un patio árido y decadente que riego solo con intenciones verdes.


No tengo ya una tortuga que cuente mis segundos y mi gata está comprometida.

Tengo mi cuerpo pegado a la cama y un amor que ha jugado a todo lo contrario.

Tengo una tarde cariada, artificialmente endulzada. A mi alma le duele la garganta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario